No acabo de entender las críticas que se realizan a la segunda autoridad de nuestros representantes, por sus declaraciones en las Cortes de nuestra comunidad.

Ninguna formación política elige a un cualquiera para encabezar su lista, para ser portavoz y mensajero de las ideas que quieren desarrollar o implementar para el bienestar de sus vecinos.

A ese nivel, no son tertulias ni calentones de barra, no es algo que uno se levante por la mañana y diga: ?hoy la voy a liar?.

La formación que representa este señor se presentó sin un programa específico en nuestra comunidad, ya que solo llevan uno llamado ?Agenda España? y defienden en todo el territorio nacional. No engañan a nadie y van de cara.

No quieren ni defienden el modelo autonómico actual. Por ese motivo, la mejor manera de cargarse algo, es primero estar dentro, para poder dinamitarlo desde allí.

Rocío Monasterio, tuvo meses para presentar las enmiendas a los presupuestos de la Comunidad de Madrid y no lo hizo, ni aceptó los mismos, por lo que los madrileños tienen Tres Mil Millones menos para gastar este año.

Ningún problema, ningún recato. No creen en las autonomías y es muy respetable, ellos tienen otro modelo de gestión, de convivencia y de orden y la gente les ha votado en base a esos argumentos y no hay más que respetarlo y aceptarlo.

Lo que ya no me parece normal es lo de los latidos, la ecografía y el psicólogo del Presidente.

No me parece de recibo que Mañueco haya recomendado, a partir de ahora, a la entrada de las mesas electorales, cuando la presidenta o algún vocal detecte que en la fila pueda haber un votante de VOX, se le saque con el máximo respeto de la fila y, se le invite a entrar en una sala contigua al colegio electoral.

Ha propuesto que antes de ejercer su derecho al voto, un sanitario le deje escuchar los latidos de su corazón. Si le ve muy acelerado le va a recomendar que le diga si la papeleta que lleva dentro ha sido decisión libre o impuesta por la mujer, el padre o un cuñao.

Si en ese momento el votante se derrumba y se arrepiente, le va a invitar a que introduzca la papeleta del Partido Popular.

Si aun así se resiste y persiste en su decisión, una cámara en 4D le va a enseñar en ese momento el estado de la urna, ya que las papeletas de la formación verde llevarán un pigmento especial que la cámara detecta increíblemente.

Esa prueba puede ser definitiva para que el votante vea que hay muchas más del PP y que la suya no va a tener mucho impacto, en el habitáculo de metacrilato que presida la mesa.

Si aun así sigue queriendo votar a VOX, ya le cogerá por banda un psicólogo, que hará algo que roza lo inhumano, le pondrá en bucle durante el tiempo que el elector sea capaz de aguantar, las intervenciones de Gallardo en el Hemiciclo, hasta que exhausto diga: "Basta, me rindo. Votaré al PP, pero por favor quítenme ya la cinta de LOS LATIDOS DE GA-GA".