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Cuaderno de bitácora

Por Sonsoles Sánchez-Reyes Peñamaria

Cuando Secondo Pia fotografió el rostro de Cristo


"¡Mira, Carlino, si esto no es un milagro!", exclamó emocionado Secondo Pia a su joven ayudante en su cuarto oscuro de revelado fotográfico de Turín el 28 de mayo de 1898, convencido de estar contemplando por primera vez en la historia el rostro real de Cristo.

Pia había tomado con su cámara la primera imagen autorizada de la Sábana Santa, también conocida como Síndone o Santo Sudario, un lienzo de lino, de 4,41 metros de largo y 1,13 metros de ancho, que una tradición secular identifica con la sábana que envolvió el cuerpo de Jesús tras su muerte.  

El duque Luis II de Saboya compró la Síndone el 22 de marzo de 1453. Perteneció a la familia hasta 1983, cuando a la muerte del último rey de Italia, Humberto II, fue legada a la Santa Sede.

La Casa de Saboya en 1578 transportó la Sábana Santa a la ciudad italiana de Turín, donde lleva venerándose siglos, en la Capilla Real de la Catedral de San Juan Bautista. Solo es visible cuando el Papa organiza un periodo para mostrarla públicamente, llamado "ostensión".

En 1898, la Casa real de Saboya celebró la boda entre el príncipe heredero Víctor Manuel y la princesa montenegrina Elena Petrovich-Niegos, coincidiendo además con otros aniversarios en Turín: el cuarto centenario de la construcción de la catedral, los 300 años de la creación de la Cofradía del Santo Sudario y el 50 aniversario del Estatuto Albertino, la Constitución de la monarquía saboyana.

Para conmemorar todo ello, la Síndone estuvo expuesta en la catedral turinesa desde el 25 de mayo hasta el 2 de junio de 1898.

El salesiano Natale Noguier de Malijay, miembro de un club de fotógrafos aficionados al que también pertenecía Secondo Pia, propuso al rey italiano Humberto I aprovechar la oportunidad histórica para fotografiar por primera vez la Sábana Santa. El monarca, temiendo que las fotografías se convirtiesen en objeto de especulación económica, declinó inicialmente la propuesta. Pero Noguier persuadió al Barón Antonio Manno a usar su influencia ante el rey para convencerle, y finalmente el monarca accedió a dar permiso a un único fotógrafo, a su costa y con renuncia a cualquier derecho sobre las imágenes.

El elegido fue Secondo Pia. La fotografía entonces estaba todavía en fase de desarrollo, era sumamente cara y no existían aún fotógrafos profesionales. Pia venía de familia acomodada y era un prestigioso abogado y concejal, por lo que podía permitirse el elevado gasto. Con 43 años, acumulaba 22 de experiencia como fotógrafo.

Secondo Pia accedió a las condiciones marcadas por el rey, siendo nombrado fotógrafo oficial de la ostensión. El 25 de mayo de 1898, tras la ceremonia de inauguración y durante el cierre de la exposición al mediodía, inició sus tomas en la catedral desde el estrado que solicitó levantar, con su cámara de 50 x 60 centímetros, a 8 metros del altar. Instaló dos lámparas eléctricas, las primeras que se utilizaron en fotografía. Como no había electricidad en la catedral, se valió de un generador portátil.  Para compensar las irregularidades de iluminación que los dos focos generaban, colocó dos cristales esmerilados delante de ellos, para difuminar y uniformar la luz. Después de los dos primeros disparos, el calor de los faros rompió el vidrio esmerilado y Pia dejó de trabajar al ser interrumpido por la apertura de las puertas de la catedral después del cierre del mediodía. 

Posteriormente, en su cuarto oscuro, el desarrollo de las placas de esa primera sesión fue infructuoso, así que resolvió volver a intentarlo otro día. Pero el 27 de mayo la princesa Clotilde de Saboya decidió proteger la reliquia con un vidrio, lo que añadió un nuevo elemento de dificultad.

Tres días después, el 28 de mayo, Pia regresó a la catedral para una segunda sesión alrededor de las 9:30 de la noche. Tras su experiencia del 25 de mayo, varió los tiempos de exposición y la iluminación. Hacia la medianoche, volvió al cuarto oscuro para revelar las placas. 

Allí se llevó la sorpresa de su vida: vio surgir una imagen clara, en un curioso fenómeno, siendo el negativo fotográfico el positivo óptico. Contra toda lógica, un rostro humano en positivo tomó forma en la placa, como si la Sábana Santa en realidad fuera un gigantesco negativo fotográfico. 

El inexplicable hecho estaba llamado a suscitar polémica a nivel internacional entre partidarios de que se trataba de algo sobrenatural y defensores de que la fotografía de Pia había sido manipulada o era fruto de errores de ejecución. En el punto álgido de estos debates, el rey Humberto I fue asesinado en un atentado anarquista en 1900 y no pudo ver el devenir de los acontecimientos.

Entre el 4 y el 24 de mayo de 1931 se autorizó otra ostensión pública de la Síndone en la catedral de Turín, en el marco de las celebraciones de boda del futuro rey Humberto II con la princesa María José de Bélgica. Entonces, ya un fotógrafo profesional, Giuseppe Enrie, retrató la Sábana Santa con idéntico resultado al obtenido 33 años antes por Secondo Pía. Cuando la fotografía de Enrie se exhibió por primera vez, Pia, entonces de 76 años, estaba presente, en un momento de gran importancia personal para él porque acalló para siempre las voces que llevaban décadas tildándolo de farsante. 

Pia, conocido por su rectitud moral, nunca alardeó de su descubrimiento, pero estaría destinado a pasar a la posteridad por su foto de la Síndone, que dejó en un segundo plano sus otras actividades, como sus pioneras campañas fotográficas en el Piamonte, Liguria y el Valle de Aosta, y el ser uno de los primeros fotógrafos italianos en crear imágenes en color, utilizando planchas Lumière.

Hoy, en la fachada de la casa donde Pia desarrolló las primeras placas, se puede leer una inscripción colocada por la Cofradía de la Sábana Santa de Turín justo 100 años después: "En esta casa, el 25 de mayo de 1898, el abogado Secondo Pia desarrolló la primera fotografía de la Sábana Santa". En ese momento del centenario de la fotografía de Secondo Pia, el Papa Juan Pablo II visitó la Catedral de Turín. 

La última vez que la Síndone se ha expuesto físicamente y de manera pública fue en 2015, durante 67 días, congregando a más de dos millones de peregrinos en Turín. Fue después mostrada el Sábado Santo 11 de abril de 2020 en streaming por la pandemia de coronavirus. No se ha confirmado fecha de su próxima ostensión. Hasta entonces, la emblemática fotografía de Secondo Pía recibe a los visitantes en la catedral de Turín y en el museo de la Síndone de la ciudad, silenciosa, pero tremendamente elocuente.

 

Fotografías: Gabriela Torregrosa