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Con zuecos y pijama

Por Marcos Pastor Galán

Enfermeras políglotas autonómicas


El examen para acceder a una plaza EIR (Enfermero Interno Residente) celebrado hace unos días ha eclipsado la sanidad enfermera. Se considera el más difícil desde la creación de las especialidades, sin lograr un objetivo claro sobre su funcionalidad si sigue en esta línea. Las especialidades van logrando cada vez más atención por parte de las enfermeras, sin embargo, los representantes en los colegios que manejan los hilos, se van encargando de destrozar la profesión a pasos agigantados.

Con tanto barullo del que ya hablé hace un año (EIR a vueltas) y que trataré más adelante, una noticia ha surgido sin hacerse mucho eco. El gobierno de Baleares ha modificado la normativa de oposición de 2022 una vez convocada, siendo el catalán obligatorio para acceder a la plaza. Hasta ahora, tener el nivel B2 suponía obtener una puntuación extra. Para evitar que pueda resultar un desastre, a quienes estuvieran trabajando en activo en la institución, se les otorga un plazo de 2 años para presentar la titulación del idioma.

Con esta medida, el gobierno insular pretende acogerse a la normalidad de las comunidades con lengua propia. Sin embargo, no procede en forma ni tiempo dada la premura y la modificación de las 'reglas del juego'. Pero ahora, ¿quién ampara a las enfermeras que se presentaron a la oposición? ¿Quién podrá avalar el título del idioma para que se presente como mérito obligatorio? ¿Quién garantizará que el trabajo se desarrolle como es debido y con garantías para el ciudadano? Con este cambio, será más fácil que obtenga plaza alguien que nunca haya ejercido que otra persona con mucha experiencia sin catalán.

Como es evidente, el Consejo General de Enfermería ni está ni se le espera. Una vez más deja evidencia de la inutilidad de la colegiación obligatoria que no presenta beneficio alguno para el colegiado, mucho menos para el sistema sanitario. Así que, por lo pronto, queda el recurso de la pataleta mientras que los sindicatos intentan mover ficha para anular la norma sacada de la manga. Evidentemente, la exigencia de la lengua autonómica no es algo novedoso, no es un invento de Baleares ni tampoco es algo que sorprenda.

Para tratar de entenderlo, debemos revisar otras autonomías y evaluar la medida. Es una forma de filtrar y garantizar el empleo local. El caso es que Baleares no es precisamente un destino favorecido geográficamente. Siempre han estado justo de personal, incluso, por debajo del mínimo necesario y aceptable. Una situación que se verá agravada con la medida actual. Siempre se ha hablado de Cataluña o Euskadi, aunque Galicia y Comunidad Valenciana han recogido su idioma desde hace muchos años. Pero el movimiento político hacía desviar la atención a los dos primeros, como si en casa del herrero no hubiera cuchillo de palo.

Por lo que sea, alguien ha decidido que en Baleares también se exija el idioma nativo. Incluso todos podremos estar de acuerdo en que así sea, pero no de esta forma. Modificar la convocatoria de la oposición implica una jugada por la que alguien obtendrá un beneficio, es una traición al personal que se presenta. Igual sucede con la moratoria de 2 años para presentar el nivel. ¿Acaso se aprende un idioma en unos días como dicen los vídeos de los gurús de internet que venden cursos? La realidad es que no.

Pendientes de ver qué sucede, por lo pronto las enfermeras opositoras deberán continuar el proceso tal y como está, aunque podrán y deberán recurrir. Incluso lo lógico sería denunciar la situación. Lo lógico sería que la autonomía ofreciera la salida formativa a quienes están en activo allí y no puedan acreditarlo. Algo que ya se ha propuesto sin éxito en las demás. También es más fácil aprender el idioma una vez que estás allí, por el día a día.

Para quien tenga que verse desplazado a Baleares por el trabajo de su pareja, esto será un impedimento a largo plazo. Y en España tenemos la costumbre de dificultar lo que debería ser accesible y a un precio asumible. Para alguien que trabaje a turnos no resulta sencillo estudiar inglés, que tampoco se valora mucho. Pero si tenemos que aprender Catalán, Gallego o Euskera para un B2, quizás nos resulte más simple echar la lotería en diciembre.