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Con zuecos y pijama

Por Marcos Pastor Galán

Ofensiva en primaria


Quizás no se ha notado mucho en la televisión estos días, tampoco en las redes sociales, menos aún en el día a día del usuario. Porque cuando una situación se ha normalizado y la noticia no interesa, es mejor ocultarla y hacer como si todo siguiera igual. Y así seguirá hasta que la realidad estalle por algún costado o una de las partes gane la batalla.

Hace unos días dimitía la gerente de Atención Primaria de la Comunidad de Madrid, algo que resultaría irrelevante en condiciones normales. Sin embargo, desde que estalló la pandemia en 2020, la sucesión de dimisiones y destituciones que nos ha anunciado la Consejería de Sanidad de Madrid resulta preocupante. Todas se deben a motivaciones personales según relatan, pero todas también suceden momentos antes o después de alguna noticia importante.

En esta ocasión, se anuncia la sustitución de los SAR (Servicio de Atención Rural) y los SUAP (Servicio de Urgencias de Atención Primaria) de la forma en que se conocían hasta ahora para cumplir la promesa de abrir 80 PAC (Punto de Atención Continuada). Dicha promesa tiene su falsedad en sí misma, en tanto en cuanto no se crean centros nuevos, sino que se modifica el uso, forma de gestión y personal de los recursos existentes.

Los cambios suelen ser buenos, pero el hecho de sucederse dimisiones y destituciones en cada modificación del funcionamiento con escándalo detrás, hace saltar las alarmas. Si a esto se suma el Hospital Isabel Zendal, el pack queda completo en la Comunidad de Madrid. Dicho pabellón sanitario, no estuvo exento de polémica por corrupción ni tampoco por destituciones y dimisiones. Pero peor resulta que su uso nunca superó un tercio de la estructura y, actualmente, apenas tiene utilidad.

Así pues, tras haber desplazado sanitarios a la fuerza a Valdebebas, ahora se redistribuyen para atender los 80 PAC, una vez más sin alternativa. Esto ha generado manifestaciones, convocatoria de huelga, incapacidades temporales y solicitudes de permisos y vacaciones. Mientras tanto, los mismos políticos que han tomado esta decisión sin consultar con la almohada, han tratado de evitar el diálogo y la negociación, lanzando mensajes de amenazas e insultos al personal sanitario además de intentar politizar la protesta.

Si en este punto alguien se pregunta dónde están los sindicatos, la respuesta es fácil. Algunos sindicatos entraron en la negociación con la Consejería para minimizar el daño: complementos salariales por desplazamiento forzoso, mejoras de equipamiento, mejoras organizativas, etc. Otros, apostaron por la negativa desde el inicio, obteniendo ahora la razón de los que negociaron. Por último, siempre hay ovejas negras, algún que otro sindicato ha decidido desviar la atención a otros temas, dejando clara su estructura política.

Para terminar y por si no fuera suficiente, muchos sanitarios han publicado un SMS de la Comunidad de Madrid que ofrece trabajar en los centros. Una alternativa a la buena gestión de recursos humanos que refleja la desesperación por cubrir el expediente y poder colgarse la medalla. A fin de cuentas, es más importante el orgullo que la lealtad.