Ya apuntábamos en nuestra anterior entrada a este blog literario que Ryūnosuke Akutagawa se había dejado influir para la elaboración de 'En un bosquecillo' por un cuento de Ambrose Bierce, 'La carretera iluminada por la luna' ('The Moonlit Road'), en base -informábamos- a la técnica narrativa (visión estereoscópica, cuya definición no vamos a repetir aquí) y al uso de símbolos semejantes. En aquel trabajo anunciábamos que dedicaríamos un artículo, próximamente, al relato de Bierce. Pues bien: ha llegado ese momento.
Sobre este autor norteamericano (1842-1914?), protagonista de nuestra primera intervención en el blog 'Con L de Literatura' a través de su novela 'El monje y la hija del verdugo' (The Monk and the Hangman’s Daughter), ya redactamos unas breves palabras, que ampliamos aquí. Natural de Ohio, y perteneciente a una familia de granjeros calvinistas, participó activamente en la Guerra de Secesión, siendo militar y oficial topográfico. Tras encontrar un trabajo seguro en San Francisco, comenzó a formarse como escritor y a desarrollar su labor como periodista. En 1871, contrajo matrimonio con Mollie Day, una joven de familia acomodada, unión de la que nacieron tres hijos. Sin embargo, su exitosa vida profesional no discurrió a la par que su vida con Mollie, de la que llegaría a divorciarse en 1905, previa separación en 1888. A dicha situación ayudó, con toda probabilidad, el propio carácter de Bierce: soberbio, amargo, solitario e independiente.
Si bien es autor de sketches y epigramas, fábulas, poemas, ensayos, de una recreación en forma de novela -a la que ya hemos aludido-, y de una considerable producción periodística en diferentes medios escritos, Ambrose Bierce destaca por sus relatos, recogidos, fundamentalmente, en sus recopilatorios 'Tales of Soldiers and Civilians' (1891) (Cuentos de soldados y civiles) -ambientado en la propia Guerra Civil norteamericana-, y 'Can Such Things Be?' (1893) (¿Pueden existir tales cosas?) -envuelto en el misterio, lo sobrenatural y el horror-.
Ambos volúmenes tuvieron ediciones posteriores. Precisamente, 'La carretera iluminada por la luna' aparece en el periódico Cosmopolitan Magazine, en enero de 1907. Y se inserta en ¿Pueden existir tales cosas? en la edición de 1918 (New York, Boni & Liveright).
Bierce vivió durante un tiempo en Washington, hasta que el 2 de octubre de 1913 sale para visitar los campos de la Guerra de Secesión. Parte hacia Chihuahua. Probablemente, moriría en la batalla de Ojinaga, el 11 de enero de 1914, pero su muerte es, aún hoy en día, un misterio.
El cuento que nos ocupa, mediante el empleo de la visión estereoscópica, narra la diferente perspectiva -manifiesta en sus propios testimonios- que adoptan los miembros de la familia Hetman (Julia, Joel y Joel, Jr) en torno a dos hechos: el estrangulamiento de la esposa y madre, y su aparición fantasmal, tras ser asesinada, a su marido e hijo. En primer lugar, Joel Hetman, Jr, de acuerdo con la declaración de su padre ante el juez, comunica que, en efecto, Julia fue estrangulada por un asesino que nunca se encontró; por otro lado, no llegó a ver el espectro de su madre en la carretera iluminada por la luna, pero informa de la visión y reacción de su padre. En segundo lugar, Caspar Grattan (así se llama Joel Hetman tras los acontecimientos acaecidos) nos descubre, mucho tiempo después y presa del remordimiento, que fue él quien mató a su mujer, habiendo puesto a prueba la fidelidad de aquella, cegado por los celos y la rabia; cuenta también que vio a su mujer, una vez asesinada, y que retrocedió con terror. Finalmente, la difunta Julia Hetman, a través del medium Bayrolles -testimonio que nos hace recordar el relato de Akutagawa-, es consciente de que es un fantasma y nos explica su estrangulamiento; asimismo, sabe que su esposo vio su condición fantasmal: ella solo buscaba expresar a su familia su gran amor, que todavía los quería y se acordaba de ellos.
'La carretera iluminada por la luna', al ser un relato de fantasmas (ghost story), es un texto fantástico: se produce en él un quebrantamiento de las leyes que gobiernan el mundo natural (ficcional) ante la penetración de algo externo a dichas leyes (la presencia espectral de Julia Hetman), a lo que se une la 'perturbación' del personaje que vive esa experiencia (Joel Hetman, el marido de Julia) y de nosotros, como lectores. Ambrose Bierce, además, enlaza esa situación fantástica con uno de sus temas preferidos -el círculo familiar- que en esta narración se diversifica en la propia relación conyugal (que responde, como en otros cuentos de este autor, a la muerte de la mujer, inocente y trágicamente maljuzgada, a manos de su marido (o amante)) y en la relación paterno/materno-filial. Y a ese tema van asociados unos símbolos: el bosque y los árboles -significando refugio y protección-, el camino -o la vida cotidiana-, la luna -que encarna lo sobrenatural-, y la garganta y el cuello -comunicando la muerte más horrible y angustiosa (para un enfermo respiratorio como era este, también, misógino escritor)-.
Ya para finalizar, les recomiendo acercarse a este relato sobrenatural donde convergen el genuino goticismo de Ambrose Bierce y uno de sus temas literarios favoritos. En otras palabras, léanlo: nos encontramos ante una de las narraciones emblemáticas de la vertiente tenebrosa del autor.