Lo que comenzó siendo un ilusionante comienzo de temporada para el Real Valladolid se está comenzando a tornar en una pequeña pesadilla dado que el equipo se encuentra inmerso en una racha de tres derrotas consecutivas y se muestra inoperante de sacar adelante los partidos con un sistema al que los rivales ya le han pillado el truco y saben por dónde hacer daño a Pacheta y los suyos.

 

La idea de jugar con tres centrales y dos carrileros parecía convencer a gran parte de la afición visto el equipo con el que contaba el técnico burgalés, pero las malas sensaciones que están dejando principalmente los jugadores del centro del campo, incapaces de hacerse con el control del juego y por ende evitando que llegen balones a los de arriba, hace que muchos empiecen a pedir un cambio de sistema.

 

No se bién si esto es culpa del enrenador o que lo producido en el pasado hace que mentalemente que el equipo esté atorado cada vez que sufre un revés. En repetidas ocasiones ha repetido Pacheta que está trabajando con el equipo psicológicamente y por ello utiliza el sistema que utiliza hasta lograr devolver la confianza al equipo, pero si los resultados no acompañan se hace todo mucho más complicado.

 

La prueba ante el Alcorcón, colista de la categoría, se hace de vital importante para poder recuperar al equipo y tal vez para ello sea necesario el cambio de sistema con el que reforzar el centro del campo y tener mayor presencia a nivel ofensivo pues si el Pucela quiere volver a Primera hay que ser mucho más solidos y demostrar que la apuesta por muchos de los jugadores que bajaron tienen el nivel que se les presupone. Roque Mesa debe ser el timón, Olaza el puñal que fue durante pretemporada, Weissman el goelador con el que todos sueñan y Kiko Olivas el líder de una defensa que necesita recuperar el nivel pasado.